Visitar la Isla de Tabarca es casi obligatorio para todas las personas que visitan la Costa Blanca. Es la única isla habitada de la Comunidad Valenciana y se encuentra frente a la ciudad de Alicante, a once millas náuticas y cerca del cabo de Santa Pola. En realidad más que de una isla, se trata de un pequeño archipiélago, compuesto por Tabarca, y los islotes La Cantera, La Galera y la Nao.
En el pasado, Carlos III ordenó fortificarla y levantar en ella un pueblo en el que alojar a varias familias de pescadores de Génova que estaban cautivos en la ciudad tunecina de Tabarka.
La visita típica suele ser de un día. Existen múltiples salidas, con mayor o menor regularidad en función de la temporada, desde el puerto de Alicante. También se puede acceder desde Santa Pola, Guardamar, Torrevieja o Benidorm.
Una vez en la isla, los visitantes podrán disfrutar de calas y playas de aguas transparentes y de un pintoresco puerto marinero, con una excelente oferta de restauración, y la posibilidad de degustar el tradicional caldero, el plato típico de la isla.
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