Ainsa es un pequeño pueblo medieval que parece detenido en el tiempo. Armónico e impecable a pesar de los siglos, esta considerado uno de los más pintorescos de Aragon.
Se encuentra situado a 119 Km de Huesca, donde el rio Ara se une con el Cinca.
Su población esta cada vez más volcada en el turismo, y es que estamos ante un pueblo precioso que conserva un casco antiguo encantador en el que la arquitectura se ha conservado de manera bastante fiel. Basta un recorrido por la Calle Mayor para observar las portadas de las casas de estilo ojival y todas ellas muy originales. La Plaza Mayor es prototipo de plaza medieval.
El centro antiguo de Ainsa es un fiel reflejo de lo que ocurria en las ciudades medievales. Aquí habitaron los señores que dirigían la villa, lo que se aprecia en las mansiones que suelen contar con un portal de entrada y otro al final de la casa.
Hay dos calles que se deben recorrer: la Calle Grande y la Calle Pequeña. En la calle grande es donde se ven fundamentalmente esas casonas. Está cerrada en sus extremos por ambos arcos y entre esas casas señoriales destacan Casa Arnal y Casa Bielsa.
En la pequeña también hay viviendas, aunque de menos relevancia que las otras, y varias de ellas cuentan con bodegas subterráneas.
Bellísimo. He tenido la oportunidad de estar en el pirineo aragonés y sin duda lo catalogo como visita obligada.
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