Iglesias y casas nobles esperan, así como algún
emplazamiento de fuerte valor histórico, al visitante de Amurrio.
Como ocurre con otros muchos templos de esta comarca, la
iglesia de Santa María reúne una mezcla de estilos arquitectónicos. La mayor
parte de esta obra corresponde al siglo XVI pero lo más antiguo es la puerta
sur, de estilo gótico alavés del siglo XII. Tal puerta es en realidad un resto
de un antiguo templo sobre el que se construyó el actual.
El retablo que se puede ver en el interior, cuya parte
central está dorada, es del siglo XVII y conviene resaltar los cuadros del Vía
Crucis, obra de Juan de Aranoa.
Según las actas municipales de Amurrio cada vecino pagaba
diez reales en 1781 “para la fábrica de los arcos de la iglesia parroquial de
Santa María de este lugar de Amurrio”. La construcción de ese pórtico se llevó
a cabo en diferentes momentos. Hay un tramo, el de los pies de la iglesia, que
se hizo al reconstruir las bóvedas del templo. En ese momento se levantaron los
nuevos arcos y las obras corrieron a cargo de Francisco de Dubeda y José de la
Quintana.
Torre de Medijur.
La torre de Medijur fue edificada por deseo de los Ayala que
querían dominar las rutas que conducían del interior hacia el mar,
concretamente el camino de Orduña a Llodio. Esta torre sirvió en su momento de
cárcel de los Ayala que eran señores de estos territorios con jurisdicción
civil y criminal sobre sus habitantes.
Torre de Saerín.
La torre de Saerín se encontraba al norte del principal
núcleo de población de Amurrio, considerada en su tiempo “solar nobilísimo de
los Guineas de Amurrio”, emparentados con las casas de Ayala y Murga. Estaba a
mano derecha del Camino Real y tenía una ermita dedicada a Santa Catalina.
Torre de Mariaka.
La torre de Mariaka era otro de los solares importantes de
Amurrio. Desde ahí se vigilaba los pasos del Nervión. Su nombre ya aparecía
impreso en un documento del año 1095.
Uno de los miembros de esta familia más renombrado fue
Sebastián de Mariaca y Múgica que murió en Veracruz al finalizar el siglo XVII
y, según los archivos locales tuvo trato y comercio en Caracas y “en otros
parages del Reyno de Indias”.
Relacionada con este nombre de Mariaca en Amurrio se ha mantenido a lo
largo de los siglos la leyenda de “Mariaca el Fuerte” que dice que en tiempos
lejanos, cuando la tierra alavesa era amenazada por las tropas musulmanas, los
guerreros pidieron al anciano Arnaldo que buscara un jefe valeroso para
dirigirles en la contienda. El señaló a Fabián de Mariaca a quien todos
admiraban por su valor en la lucha y por su discreción a pesar de que se
trataba de un agricultor al que nunca se les hubiera ocurrido acudir. Todos se
pusieron a sus órdenes y consiguieron grandes victorias y después de muchas
victorias consiguió que el rey eximiera a la casa de Mariaca de pagar diezmos y
volvió a trabajar sus huertas cuando no debía acudir a la guerra.
Palacio de Cejudo.
Este palacio se puede ver frente a la iglesia. Es un edificio
construido en el siglo XVI del que se sabe que contó con un piso superior que
sería algo así como una torre defensiva y que desapareció. Entre los dueños del
palacio se encontraban Íñigo Urrutia y María Sáez de Venero.
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