Candeleda está dedicada fundamentalmente a tareas agrícolas,
en productos como las hortalizas y las frutas. También en los últimos años ha
contribuido a su desarrollo un turismo cada vez más interesado en el conocimiento
de sus monumentos y su entorno.
Historia de Candeleda.
Poblada por los vetones como lo demuestra el yacimiento del
Castro de El Raso. Su suelo se lo disputaron después cartagineses y romanos,
pueblo este último que la doró de una importante vía de comunicación. Existen
referencias desde el siglo VI que sitúan a Candeleda como aldea dependiente del
Concejo de Ávila.
Hay, no obstante, que esperar al siglo X, con el reinado de
Alfonso X el Sabio, para que esta ciudad aparezca bien documentada. Le es otorgado
el título de villa independiente de Ávila en 1393 de manos de Enrique III el
Doliente. Posteriormente pasa por las manos de diferentes nobles como le
ocurriera a tantos otros lugares del inmediato entorno.
En 1501 sufre una epidemia de peste que da como resultado
una merma importante de población. En el siglo XIX fue dos veces saqueada, la
primera por el ejército napoleónico durante la guerra de la Independencia y la
segunda durante las Guerras Carlistas.
Actualmente Candeleda es, en lo que cabe, una ciudad
próspera que en año 1993 celebró los actos conmemorativos del VI Centenario de
la Carta de Villazgo.
Qué ver en Candeleda.
Esta localidad de remoto pasado conforma su perfil a base de
blancas casas de poca altura construidas en mampostería y tejados a dos aguas
en una casi perfecta recreación de arquitectura popular. La plaza del Castillo
y la calle Almanzor concentran todo el pulso de esta bella población. Entre las
más bonitas, la calle del Pozo, que ofrece la mejor panorámica de la población.
Iglesia Parroquial de la Asunción.
De construcción gótica del siglo XV con exterior de estilo
isabelino y tres naves interiores separadas por arcos de medio punto. Tiene un
notable retablo renacentista que se realizó en el XVI.
Su interior muestra tallas de un valor considerable y una
magnífica rejería. Mención aparte merece el retablo de cerámica de Talavera,
situado en el lateral, de enormes dimensiones, muestras imágenes religiosas en
vivos colores.
Santuario Nuestra Señora de Chilla.
A un paseo del pueblo se levanta el templo dedicado a la
patrona de Candeleda. Se sabe de su existencia desde el siglo VII cuando debía
ser una capilla románica antecedente del templo que hay hoy.
De corte herreriano, tiene planta de cruz latina y porche.
El ábside se transforma en el siglo XVII en un camarín que realiza Antonio
Díaz, maestro de Talavera. Se compone de bóveda con linterna y chapitel. Muy
posterior es el retablo mayor realizado en el XIX.
Ermita de San Blas.
Situada junto al rollo, la ermita pasa por ser el templo más
antiguo de Candeleda, además de encontrarse en él un paraje de gran belleza.
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