Las ruinas de Acinipo, también conocidas como Ronda la
Vieja, constituían un poblado, de probable origen íbero, ocupado posteriormente
por los romanos, época en la que alcanzó gran desarrollo, llegando a ser una de
las ciudades más importantes de la Bética. Contaba en este momento con recinto
amurallado y diversos edificios públicos como atestiguan los restos localizados
en la zona del foro.
El yacimiento arqueológico se asienta sobre una meseta en la
que se han excavado diversas fases de ocupación. La parte más interesante
corresponde a restos romanos, destaca especialmente el teatro, que debió
construirse a finales del siglo I a.C. y del que se ha conservado el frente de
la escena, realizada en sillería, y gran parte de las gradas talladas en la
roca aprovechando el desnivel del terreno.
Desde el teatro, emplazado en uno de los extremos de la
meseta, se puede contemplar una extensa panorámica de la Serranía.
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