Esta bella población situada en el centro del Maestrazgo, a 960 metros sobre el nivel del mar, dista 106 km de Castellón y 442 km de Madrid. Es la capital natural e histórica del mismo, además de ser un punto estratégico desde tiempos prerromanos. A pesar de todo esto, Morella es, sin embargo, una de las ciudades históricas más desconocidas de España aunque probablemente no pase mucho tiempo antes de que sea declarada Patrimonio de la Humanidad. Toda la ciudad está declarada Monumento Histórico – Nacional.
Qué ver en Morella.
El castillo.
Denominado Castillo de la Mola, enclave estratégico de los guerreros templarios que dominaron estas tierras, se vislumbra desde él una panorámica espectacular, acrecentándose esta en los días nublados.
Los orígenes de esta construcción se remontan sin embargo a época prehistórica, pasando por él íberos, romanos, árabes, cristianos…desde el Cid a don Blasco de Alagón, mayordomo de reyes carlistas. Posee gruesos murallones de 2.5 km de longitud y 10 metros de altura.
Se accede a él a través de la puerta de San Mateo. En su interior destaca el claustro del antiguo convento de San Francisco.
Esta fortaleza fue reconstruida en 1839. Todavía quedan en ellos restos de su historia: la puerta Ferrisa, por donde entró don Blasco de Alagón en el siglo XIII, el aljibe, la torre de la Pardala, la plaza de las armas en lo más alto…
Las murallas.
Tienen 14 torres y sus 6 puertas (San Mateo, Forcall, San Miguel, del Rey, de los Estudios y Ferrisa) se mantienen en pie desde los siglos XIII y XIV.
Basílica del Arciprestazgo de Santa María.
De estilo gótico, su construcción se fecha entre los años 1265 y 1330 y está declarada Monumento Histórico – Artístico. Fue, además de religioso, un centro político y cultural de la época.
La fachada consta de dos portadas (en un mismo lado, cosa innovadora en aquel entonces): la de los apóstoles (siglo XIV) atribuida al arquitecto inglés Fonoyll y la de las vírgenes (siglo XV), de estilo gótico posterior.
En su interior se ve esculpido en forma de friso la representación del Juicio Final en el trascoro. Tiene además tres rosetones con vidrieras originales de la Escuela Valenciana del siglo XIV y una peculiar escalera de caracol en piedra que sube al coro y fue labrado por el morellano Antoni Sancho.
El maestro Pere Segarra tuvo que resolver el problema de espacio construyendo un coro a 5 metros del suelo con bóveda de crucería y arcos muy rebajados, al parecer un caso único. Esta es la parte más admirada.
Merece la pena también el órgano, obra de Francisco Torull (siglo XVIII).
El altar mayor presenta un estilo barroco muy recargado, obra de Vicent Dolç.
El museo arciprestal y el archivo de la iglesia guardan valiosas obras de arte como documentos de la época y lienzos.
El Acueducto.
Del siglo XVI y estilo gótico, a través de él llegaba a la Font Vella las aguas de las fuentes de Vinatxos y del Aljub.
En cuanto a los edificios civiles destacan el Palacio del Cardenal Ram, ahora convertido en hotel; la Casa dels Estudis, Rovira y de Marqués de Cruilles (ahora un restaurante) y el Ayuntamiento con una fecha de construcción entre los siglos XIV y XV.
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