Santa María de Valverde es la capital de la isla más pequeña, menos poblada y más occidental de Canarias: El Hierro. Situada a 600 metros de altitud, en la ladera de una antigua caldera volcánica, es la única capital isleña que no se encuentra junto a la costa. Fundada sobre lo que fue el asentamiento bimbache de Amoco, es una tranquila población que presume de no tener semáforos y que está presidida por la silueta de la iglesia de la Concepción.
Iglesia de la Concepción.
Tras la conquista, a comienzos del siglo XV, por el normando Jean de Béthencourt, el primer templo se ubicó en la cueva de la Pólvora, muy cerca de Valverde. Su actual iglesia data de 1767, tiene tres naves, un buen retablo mayor barroco y cuenta con un campanario que hace las veces de singular mirador.
San Andrés.
Hacia el sur de Valverde parte una carretera que asciende hasta la elevada meseta de Nisdafe, cubierta de verdes prados donde pastan las vacas. Muy cerca de la localidad de San Andrés se encuentra el señalizado lugar en el que estuvo el mítico Garoé, un árbol sagrado que destilaba agua por sus hojas.
Roque de la Bonanza.
Si desde Valverde se desciende hacia la costa oriental es fácil alcanzar el puerto de la Estaca, entrada marítima de la isla. La carretera que enfila hacia el sur recorre una escarpada costa, formada por verticales y elevadísimos acantilados volcánicos que apenas dejan espacio para las cuatro casas de Timijiraque. Poco después se descubre, a la entrada de la bahía de las Playas, uno de los iconos paisajísticos de El Hierro: el Roque de la Bonanza. Una llamativa formación de origen volcánico que se yergue 200 metros desde el fondo del mar.
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